Hace 12 años conozco a Rebeca, sus
buenos y sus malos momentos. Le he pedido permiso para compartir su historia,
porque es una historia muy familiar y muy común, que le puede estar pasando a
tu amiga, a tu tía, a tu compañera de trabajo, que te podría estar pasando a
ti.
Quiero aclara, ante todo, que este
no es un post anti-hombres, pero sucede que la víctima fue una mujer y el
agresor fue un hombre. Si, hay hombres buenos, pero particularmente cuando
vienes de un entorno familiar violento o disfuncional, corres riesgo de toparte
con uno de estos y no detectarlo a tiempo.
En su cumpleaños número 28 Rebeca salió
con nosotros sus amigos a un bar cercano a celebrar. En el bar conoció a este
chico, guapo y simpático que se unió a la celebración. Rebeca acababa de
superar una ruptura romántica y no estaba buscando una relación en el momento,
pero decidió llevarlo a casa.
El chico, nos pareció muy simpático
a todos y Rebeca parecía feliz. Rebeca después me conto que esa noche, él la
hizo sentir que tenía que tener relaciones con él, pero luego volvió a ser
encantador. El no estaba trabajando en el momento, porque estaba en medio de un
proceso de contratación, que suelen tomar un par de semanas.
Poco tiempo después ya era parte del
grupo y se mudó a vivir a casa de Rebeca. Rebeca empezó a escuchar como ella
era la mejor del mundo, y nadie realmente la apreciaba, él estaba ahí para
apoyarla, como nadie la había apoyado nunca. El creía en ella, y ella era
diferente a todas las demás, el creía tanto en ella, que decidió dejar su recién
adquirido trabajo para estar con ella y apoyarla.
Casualmente, muy de vez en cuando Alonzo
le comentaba a Rebeca como tal o cual amigo no le parecía una buena persona, no
la apreciaba lo suficiente. Rebeca merecía mejores amigos, amigos que no fueran
envidiosos. Paulatinamente los amigos de Alonzo comenzaron a llegar a casa de Rebeca,
a reemplazar a sus amigos.
A nosotros, el grupo de amigos nos
contó como Rebeca había sido diagnosticada con Desorden de personalidad limite.
A los compañeros de trabajo de Rebeca y a su familia, les dijo que un síntoma
de su enfermedad mental era la mentira compulsiva, pero él estaba ayudando. Por
eso no salía con nosotros, tenía que estar medicada y bajo vigilancia constante
(Nada de esto era cierto). Rebeca dejo de contestar llamadas y mensajes, todos
pensamos que era normal y parte de su proceso de recuperación.
A Rebeca por su lado le decía que
nadie la quería, que todos se burlaban de ella y le hablaban por lastima, él
era el único que la entendía. Desaparecía por las noches y luego le decía que
estaba loca, le pegaba y luego pretendía que nunca había pasado. La violaba por
las noches y la trataba bien en las mañanas.
Rebeca trato de terminar la relación
e incluso de buscar a alguien más, pero Alonzo nunca se alejó, siguió contactándola,
acercándose, diciéndole que él era su único verdadero amigo, la única persona a
la que ella realmente le importaba, hasta que reanudaron su relación. Tiempo después
él le confesó que había vuelto con ella solo por venganza.
A Rebeca la alejaron sistemáticamente
de todos los que la querían y se preocupaban por ella, le lavaron el cerebro,
la volvieron completamente dependiente de su agresor. Rebeca comenzó a tomar y
usar substancias y cayó en depresión. Nosotros, sus amigos, tratamos de
contactarla varias veces, pero Rebeca ya no nos escuchaba, adelgazo 10 kilos y
cambio completamente su forma de ser.
2 años le tomo salir de esa relación
abusiva y hubo aspectos de su vida que no volvieron a ser los mismos jamás.
Cuando le preguntamos por esos tiempos, nos dice que tenía miedo de que
pensáramos que estaba loca y por eso no dijo nada. Estoy segura de que vivió muchísimas
cosas de las que jamás nos contará.
Si podemos aprender algo de esta
historia, aprendamos a no gritar a nuestros niños, no los ofenderlos, no humillarlos,
no golpearlos. No permitan que sus niños asocien amor con agresión o
sufrimiento. Enseñen a sus hijos a decir “no”, a dar su opinión, a no
permanecer callados, enséñenles que no están solos.
Rebeca es una orgullosa madre que
lleva una relación sana de respeto. Ha cortado todo nexo con Alonzo ha vuelto a
estudiar y se graduara pronto. Todos los hechos que aparecen en este post son
verdaderos y han sido extraídos de conversaciones con ella, el nombre de la
protagonista de esta historia ha sido cambiado para respetar su privacidad.
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